top of page

Meritocracia o empoderamiento. La lucha política detrás de los significados

  • Por Pierre Chambery
  • 25 ago 2017
  • 2 Min. de lectura

Ningún funcionario de este gobierno o cualquier persona del arco político en general sea del partido que fuere (tal vez podríamos encontrar alguna excepción) puede cuestionar que uno de los objetivos de las políticas públicas debe ser la movilidad social ascendente. Al menos en el discurso, todos coinciden en el hecho de que los menos favorecidos puedan ascender socialmente e incluirse en todos los sistemas sociales básicos. Ahora bien, este gobierno, a diferencia del anterior, utilizo en su discurso conceptos bastante distintos sobre la materia al gobierno que culmino en 2015.


El macrismo se refirió al tema en términos de meritocracia. Cambiemos tiene una visión más individual de superación. Suponen que una persona en condiciones de pobreza o vulnerable debe esforzarse por sí mismo o a través de herramientas, pero siempre en términos individuales, es decir, por mérito propio.


Etimológicamente, merito viene de meritum, participio pasivo de Mereo (Merecer, ganarse), es decir alguien digno de un premio. El problema está en que el premio tal vez lo otorguen jueces muchas veces no dignos de ese mismo mérito. Está socialmente aceptado que aquel que quiere conseguir algún objetivo debe esforzarse (Si quiero ser abogado, debo pasar 6 o 7 años por la Facultad de Derecho con todo lo que eso implica). El mérito no supone demasiadas aclaraciones. Pero qué pasa cuando el mérito se utiliza como valor moral, o, aún mucho peor, como instrumento político. La meritocracia supone una relación de poder entre el que la preconiza y el que la práctica. A decir de Stiglitz, el 90 % de aquellos que tienen dinero y poder, nacieron con dinero y poder. Es decir, que muchos adeptos a la meritocracia, en general, no la practicaron nunca. Tal vez aquellos que pretenden el mérito en el otro, en realidad quieran mantener a ese otro en una situación constante de esfuerzo para llegar a ese mérito, ese objetivo que cada vez queda más alto y nunca llega a igualarse.


Por otro lado, el término empoderamiento, (muy escuchado en el gobierno anterior) que, si bien es un término individual, remite también a lo común. El termino supone una especie de libertad del individuo con poder propio de decisión. Empoderar es otorgar poder. Es decir, empoderar no es solo otorgar el premio, sino también otorgar la capacidad de juzgar el premio de otros. Forjar un individuo que conoce sus derechos como así también sus obligaciones. El empoderamiento no busca el asistencialismo constante. Es el individuo el que va a ser dueño de sus propias decisiones. a través de una serie de herramientas que puede o no brindar el Estado.



Así se ve como cada termino tiene su sentido político. Por último, ¿vamos hacia una sociedad que va a exaltar los valores del mérito como instrumento político, (algo que en realidad se supone evidente) o buscamos una sociedad que se empodera y permite que aquel en situación de vulnerabilidad pueda ser incluido y se desarrolle para que alguna vez no tenga que necesitar de las herramientas del Estado?




Comments


Seguinos!
  • Facebook - Black Circle
  • Twitter - Black Circle
  • Instagram - Black Circle
bottom of page